La globalización ha cambiado la relación de poder de negociación entre los consumidores y las empresas: los consumidores tienen en tiempo real el espectro mundial de ofertas a través de internet.
El desafío que representa este fenómeno para las empresas se presenta con mayor fuerza en Perú y Chile, al adoptar ambos países estrategias de desarrollo basados en la apertura comercial y en la suscripción de Tratados de Libre Comercio especialmente con países desarrollados en los cuales los clientes tienen alto poder adquisitivo, están bien informados y abiertos a la innovación, son exigentes en calidad y sensibles a la protección al medio ambiente.
La globalización y la apertura comercial representan para nuestras empresas una magnífica oportunidad y a la vez una gran amenaza. Para ambas miradas, las empresas deben prepararse para subsistir con éxito, es decir, para ser competitivas.
En primer lugar en inteligencia de mercado, uno de cuyos medios es la asistencia a ferias temáticas de cobertura internacional, oportunidad también para mostrar la empresa y su oferta de bienes y servicios. La presencia en internet también es clave tanto para inteligencia como para marketing, si se cuenta con un sitio web atractivo, interactivo, diseñado por especialistas.
En segundo lugar, en invertir en investigación y desarrollo, cualquiera sea la estrategia genérica que adopte la empresa, porque el avance tecnológico y la innovación se han acelerado y su expansión es vertiginosa y en tiempo real.
En tercer lugar en aseguramiento de la calidad, incluyendo en ello el trato al capital humano y el cuidado del ambiente (trazas de carbono, etc.)
Cuarto, la adecuación de la organización a un entorno caracterizado por la inestabilidad y la incertidumbre, lo que implica que la organización debe ser ágil para responder a los requerimientos de los mercados a la vez que flexible para poder resistir los periodos de vacas flacas. Para ello, la empresa debe cuidar y fortalecer su capital humano en las competencias que se relacionan con la esencia de la existencia de la empresa: su misión.
Y quinto, son los valores de la empresa, sin que sean menos importantes que los anteriores, muy por el contrario, son esenciales con o sin globalización, para que la empresa sea creíble y valorada por sus clientes externos e internos.
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