Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) son un conjunto de normas y directrices que aseguran que los productos sean fabricados de acuerdo con los estándares de calidad y seguridad. Se aplican principalmente en sectores como alimentos, medicamentos, cosméticos y dispositivos médicos. Su objetivo es garantizar la consistencia, calidad, y seguridad de los productos, minimizando riesgos de contaminación, defectos o fallos.

Algunos principios clave de las BPM incluyen:

1. Higiene: Mantenimiento de un entorno limpio y seguro en las instalaciones de producción.

2. Control de procesos: Supervisión y documentación de todas las etapas de producción.

3. Formación del personal: Capacitación constante en seguridad y procedimientos.

4. Trazabilidad: Registro detallado de los productos y sus componentes para facilitar el seguimiento.