¿Por qué algunas empresas tienen éxito y otras fracasan?, ¿Por qué, a pesar de la feroz competencia que existe en casi todos los sectores de la economía, a unas empresas les va bien, otras luchan por sobrevivir y otras quiebran? Una explicación se encuentra en la formulación, la implementación y el control de las decisiones multidisciplinarias que permiten que una empresa alcance sus objetivos, es decir en el hecho de contar con una administración estratégica que marque la diferencia en su desempeño con respecto a sus competidores.
El éxito que puede tener una organización al alcanzar sus objetivos y también al satisfacer sus obligaciones sociales depende principalmente del desempeño de sus gerentes. Los gerentes que tienen un buen desempeño, son líderes que toman decisiones rápidas, son guías que se caracterizan por ser proactivos y no tan reactivos, buscan ser eficaces y eficientes, son conscientes de que el futuro es incierto y calculan los riesgos, de tal manera que no podrían garantizar buenos resultados (alcanzar sus objetivos) sin contar con un plan para administrar los riesgos a los que está expuesta su empresa.
A lo largo del tiempo, todas las empresas asumen un diversidad de riesgos en lo comercial, operacional, financiero, logístico, en sus recursos humanos, en sus sistemas de información, en su reputación, imagen, etc. y lo importante radica en ser conscientes que están expuestos a los mismos y que deben prepararse para administrarlos adecuadamente, es decir desarrollar estrategias que reduzcan el impacto negativo que pudiesen generar y por lo tanto incidir en los resultados esperados.
El riesgo representa la posibilidad de que un evento inesperado afecte a la organización, influyendo negativamente en las actividades normales o impidiendo que las cosas se realicen de acuerdo a lo planeado. Por lo tanto las decisiones que se tomen en las empresas se deben efectuar considerando la incertidumbre y por lo tanto los riesgos: su probabilidad de ocurrencia en el futuro.
Para mitigar los riesgos debemos comunicar la importancia de su administración, involucrar y comprometer al personal, utilizar las herramientas adecuadas que permitan identificarlos, analizarlos, evaluarlos y finalmente preparar un plan de acción que se pruebe que funciona, de lo contrario retroalimentar el modelo y efectuar los ajustes necesarios para garantizar una respuesta eficaz y eficiente.
¿Su empresa cuenta con un plan efectivo para administrar los riesgos?
Tal vez se animen a contar con un plan si comprenden las consecuencias probables que se derivan de una mala administración de los riesgos empresariales:
- Responsabilidades legales
- Interrupción o disminución de los negocios
- Pérdidas financieras
- Pérdida de reputación
- Daño a las personas y al entorno
- Sanciones regulatorias
- Suspensión del servicio al cliente
- Pérdidas de clientes
- Salida del negocio
Recuerde:
· “El riesgo en sí mismo no es malo; lo que sí es malo es que el riesgo esté mal interpretado, mal calculado, mal comprendido, o mal administrado. El riesgo puede terminar en una pérdida anunciada o una oportunidad desaprovechada”
“El resultado final de una compañía se construye por su habilidad para lograr los objetivos y administrar los riesgos"
Finalmente y recogiendo un pensamiento de Confucio “Si un hombre no piensa en lo distante, pronto encontrará el dolor. Quien no se preocupa por lo lejano, pronto encontrará algo peor que la preocupación”, me permito preguntarles:
¿Qué tan lejanos están los riesgos en su empresa?
Y en lo personal ¿ha identificado los riesgos a los que usted está expuesto?
¿Seguirán apostando a la buena suerte que los ha acompañado hasta el momento?
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-Compartir Igual 3.0 Unported.